Introducción
Con motivo del estreno de la película “Flash (2023)”, dirigida por Andy Muschietti, he decidido escribir un artículo sobre los orígenes del velocista escarlata de DC Comics. Flash es de sobra conocido ya no solo por la mencionada cinta sino por su participación en la película de la Liga de la Justicia. En ambos casos, interpretado por Ezra Miller. Aunque los aficionados a las series de televisión probablemente también conozcan al relámpago humano por The Flash, serie de televisión de la cadena The CW, donde Flash es Grant Gustin. En el último capítulo de la primera temporada de esta serie, en mi opinión, se trata mejor la temática de la película de Flash. En dicho capítulo nuestro héroe se da cuenta de que es un error tratar de cambiar el pasado para salvar a su madre porque eso eliminaría todo lo que ha sido su vida hasta ahora. Su supuesta felicidad. al recuperar a su madre, implicaría perder por el camino todas las experiencias vitales que le han hecho ser lo que es. En sintonía con el superhombre nietzscheano, el velocista escarlata huye de promesas acerca de futuros utópicos inciertos y acepta lo que ha sido su vida hasta ahora, con sus luces y sus sombras, en el convencimiento de que ha sido todas esas vivencias las que le han convertido en la persona que es ahora. En línea con el estoicismo Flash acepta que hay cosas que no está en su mano cambiar en el sentido de que, si intenta cambiarlas, se perjudicará tanto a si mismo como a su entorno.
Si bien este artículo no va de comparar productos audiovisuales de Flash sino que busca contar sus orígenes en los cómics. Pero antes de entrar en el que podríamos considerar el Flash oficial, el Flash de la Siver Age, Barry Allen, el Flash que todos conocemos, considero relevante detenerme en su versión primigenia, el Flash de la Golden Age, Jay Garrick, John Wesley Shipp, quien ya hiciera de Barry Allen en una serie de televisión de Flash en los noventa. Tampoco nos olvidaremos del sucesor de Barry, Wally West.
El Flash de la Golden Age: Jay Garrick
En 1940 All-American Publications -empresa colaboradora de DC Comics, con quien acabaría fusionándose- lanzó una serie de personajes que adquirirán fama mundial.
El auge y demanda de tebeos en esa época, la Golden Age, hizo que publicaciones como Flash Comics #1 (1940), presentaran varios superhéroes en sus páginas. Uno de ellos era Flash. Trataba de un adolescente, Jay Garrick, dotado de supervelocidad. Sus ideólogos fueron Sheldon Mayer, Gardner Fox y Harry Lampert.
Grant Morrison describe al Flash original como el primer superhombre accidental, y el predecesor de los héroes del futuro Universo Marvel, en tanto que personas que, tras sufrir un accidente durante una investigación científica, deciden poner sus habilidades sobrenaturales al servicio de la humanidad. Tal era el caso del químico Jay Garrick que debe sus poderes de velocista a la inhalación accidental de vapores de “agua pesada”. Para desempeñar esta tarea Jay adoptó una indumentaria compuesta por una camisa roja con un rayo y unos pantalones azules, así como un casco y unas botas con alas que le hacían parecerse al dios griego Hermes, el mensajero de los dioses y representante del lenguaje. Lo que lo hacía rápido e ingenioso. Cualidades atribuibles a Flash cuando se pone en movimiento.
Todas estas características atrajeron a un público fascinado por las posibilidades que ofrecía este nuevo género, el de los superhéroes. Un público necesitado de evasión y fantasía, especialmente después de la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Lo cual, según Fran San Rafael, se tradujo en un espectacular incremento de las revistas dedicadas a estos seres con poderes sobrenaturales, originando lo que se ha venido en llamar Edad de Oro. En dicho período Flash participó en varias publicaciones, entre ellas All-Start Comics, la cabecera dedicada a La Sociedad de la Justicia. De hecho Garrick se convirtió en miembro fundador de dicha Sociedad, el primer grupo de superhéroes de la historia del Comic-Book USA, creada por Mayer y Fox en All-Start Comics #3 (40).
Un cambio de mentalidad
Tras finalizar la II Guerra Mundial, la popularidad de los superhéroes fue decreciendo y muchos desaparecieron. Flash fue uno de ellos, sustituido por la ciencia ficción, género en auge, entre otras cosas, por el miedo de la sociedad estadounidense al holocausto nuclear.
Sería uno de los editores de este tipo de historias, Julius Schwartz, quién plantearía a DC Comics, en 1956, una vuelta al género superheróico, por éxitos puntuales, como Detective Marciano. Pero esa no sería la única razón, tal y como cuenta Morrison, haciéndose eco de The Comic Book Heroes (Los Héroes del Comic) de Gerard Jones y Will Jacobs:
“[…] el Departamento de Estado de Estados Unidos pidió a los proveedores de entretenimiento de masas […] que despertaran en sus lectores el interés por la ciencia y la tecnología, con la esperanza de criar a una generación de cerebritos capaces de cumplir los sueños cósmicos de su presidente.
Y así llegó Kennedy Man: el astronauta, el científico atractivo y seguro de sí mismo, el pionero ambicioso, con una mujer preciosa y un ojo puesto en las estrellas y el futuro brillante. Los científicos locos y villanos del pasado estaban siendo sustituidos por los científicos más cuerdos y heroicos, y a medida que la ansiedad creada por el Sputnik y Yuri Gagarin se disipaba, para dar paso, a mediados de la década de 1960, al heroísmo de John Glenn y a los astronautas del proyecto Mercury, una nueva confianza fue dando forma a los héroes estadounidenses de la Edad de Plata. Estos hombres y mujeres ya eran los ganadores de la Guerra Fría, y sus grandes ejércitos de niños estaban creciendo en un mundo que les podía prometer la Tierra.”
Grant Morrison
Y ahí estaba Schwartz para plasmar ese cambio de mentalidad en los cómics, dando origen a la Edad de Plata, junto a dibujantes como Carmine Infantino y Gil Kane, y a guionistas de la talla del mencionado Gardner Fox y John Broome. En palabras de Morrison: Schwartz transmitió a los cómics una racionalidad tranquila e iluminada, así como su pasión por los puzzles de ciencia ficción meticulosamente construidos (cuyas soluciones solían hallarse tras problemas químicos o físicos).
El Flash de la Siver Age: Barry Allen
El relanzamiento de Flash sería con Rober Kanigher en los guiones e Infantino a los lápices. Para responder a la moda de la época estos autores decidieron crear un personaje totalmente distinto al Flash de la Edad de Oro. De manera que mantuvieron el nombre y la supervelocidad pero con nuevo traje. En el diseño del mismo Infantino se estaba acercando a los llamados superhéroes realistas del siglo XXI. Este nuevo Flash debutaría en el cuarto número de Showcase, a finales de 1956, y su éxito sería el pistoletazo de salida de la Silver Age, la Edad de Plata. Si bien eso no significaría el fin de Jay Garrick sino que, más adelante, en The Flash #123 (61), Schwartz haría que el moderno Flash conociera al Flash original, que residía en una tierra paralela (Tierra 2). Se estaba introduciendo así la noción de universos de ficción de superhéroes compartiendo el mismo espacio, la noción de Multiverso, y convirtiendo a Flash en lo que Zack Snyder llama un héroe cuántico. Un héroe que interactúa con el tiempo y el espacio.
The Flash #123. Por Carmine Infantino. Con Flash de Tierra 1 (izquierda) y Flash de Tierra 2 (derecha)
En Showcase #04 (56) se presenta a Barry Allen, un científico forense que obtenía supervelocidad tras un rocambolesco accidente. Mientras trabajaba por la noche en su laboratorio, por casualidad, un relámpago cayó sobre una estantería con productos químicos que alcanzaron a Barry. A partir de ese momento se convirtió en el hombre más rápido de La Tierra y en el protector de Central City. Una de las muchas ciudades ficticias de las que podéis leer en el artículo de nuestros colegas de Historietamanía titulado Las ciudades de comics ficticias más emblemáticas.
Posteriormente se diría que ese relámpago era el propio Barry Allen que, tras el evento Crisis en Tierras Infinitas, se había convertido en energía y había viajado en el tiempo, convirtiéndose en el responsable de su propia creación. Un ejemplo de por qué Snyder considera al velocista escarlata un héroe cuántico. Un héroe que puede superar la velocidad de la luz y así invertir la corriente temporal, haciendo que el tiempo vaya al revés.
La descripción que Morrison hace del nuevo Flash y de su uniforme me ha parecido tan acertada que he decidido plasmarla en este artículo con sus palabras.
“Barry Allen […] podía correr más rápido que el más rápido de los coches, más rápido que el más rápido de los cazas. Podía correr tan rápido que saltaba sobre los océanos […]. Cuando iba al máximo, podía dar la vuelta a la Tierra siete veces en un solo segundo, alcanzando la velocidad de la luz y haciendo que sus átomos “vibraran” a través de los objetos sólidos […].
Al andrógino, vivaz, impoluto e inteligente Flash le cayó en gracia el traje más guay de todo el mundo del cómic, una única pieza ceñidísima y de color rojo Ferrari, fabricada con un material antifricción, que lo cubría de la cabeza a los pies. Su capucha contaba con unos “auriculares” decorativos, adornados con pequeñas y doradas alas de Hermes, que recordaban los ornamentos sobre el capó de un increíble prototipo de automóvil. Sobre su pecho había un rayo amarillo que partía en dos un círculo, cayendo de derecha a izquierda al estilo de los relámpagos cabalísticos de la iluminación mágica. El traje de Flash, estilo mono de esquí, destacaba y perfilaba el trasero perfecto de atleta de nuestro héroe, y sus botas amarillo chillón tenían unas suelas de tres centímetros de grosor y unas pequeñas alas aerodinámicas a la altura de los tobillos.”
[…] “El traje de ensueño de Barry estaba comprimido en su anillo […], adhiriéndose a él como una segunda piel a su musculatura definida. Carmine Infantino dibujó a Flash como un corredor […] y se deshizo del estilo estático y compacto de la década de 1950 con unos trazos expresivos, unos colores llamativos y un batería de nuevos efectos visuales que sugerían la borrosidad de un hombre superrápido en movimiento. Inspirado en el Desnudo bajando una Escalera de Marcel Duchamp y los lienzos futuristas de Umberto Boccioni, el Flash de Infantino podía convertirse en la imagen de un cuerpo con muchas extremidades que se movía a través del tiempo. Eso sí, los paisajes urbanos de fondo aparecían, sin embargo siempre en planos bidimensionales, como siluetas de modernos rascacielos recortados en cartulina; permanentemente en el horizonte, como cuadros de la era del jazz en las paredes de las casas de los yuppies“.
Grant Morrison
El tercer Flash: Wally West
Hay quien considera a este Flash, Wally West, como el Flash definitivo. ¡No es para menos!, dado que este Flash ha sido tratado por autores de bastante nivel dentro de la industria, como es el caso de Grant Morrison o Mark Waid, tanto en su propia cabecera como en La Liga de la Justicia, remodelación de la mencionada La Sociedad de la Justicia, de la que su mentor, Barry Allen, había sido miembro fundador.
Infantino y Broome no se complicaron mucho la vida y le dieron a Wally un origen e indumentaria prácticamente idéntica a la de su tío político, en The Flash #110 (59). Posteriormente Marv Wolfman y George Perez retomarían al personaje para su exitosa Nuevos Titanes y, tras Crisis en Tierras Infinitas, lo convirtieron en el Flash oficial del Universo DC. A través de él Waid introduciría la Fuerza de la Velocidad. Una fuerza de energía cinética, que otorga a los velocistas sus poderes. Es en puntos como estos donde articulistas como Iván Galiano señalan las diferencias entre Barry y Wally. El primero es conexión y extensión del Multiverso, mientras que el segundo es más introspectivo, llegando a un nivel de conexión con la Speed Force que le ha convertido en el Flash más rápido de todos.
Cierre y recomendaciones
Cierro esta publicación recordando una espectacular ilustración, con la que el diseñador gráfico Adam Thompson, autor de Heroic Words of Wisdom, muestra su particular visión del relámpago humano de DC Comics.
“La vida es movimiento. Si no te mueves, no estás vivo. Pero llega el momento en que tienes que dejar de huir de cosas … para empezar a correr hacia algo. Tienes que seguir adelante. Seguir moviéndote . Aunque la senda no esté iluminada…confía en que hallarás el camino”. Nora Allen en The Flash (New 52) Vol. 4 #1.
El texto que acompaña a la imagen proviene del cuarto volumen de The Flash, ubicado en el proyecto editorial conocido como New 52. En el primer número del mismo Barry Allen recordaba unas palabras de su madre, Nora Allen.
El intento de actualización de DC que supuso New 52 no fue todo lo exitoso que se esperaba pero es digno de resaltar la efectividad con que el equipo creativo de esta etapa de Flash, Francis Manapul y Brian Bucellato, profundizaron en el pasado de Barry, para determinar lo que lo define en el presente como el héroe Flash. El héroe que siempre se mueve hacia delante, el que siempre es punta de lanza para abrir el camino a los demás. Además, sólo por el rompedor, a la par que espectacular, dibujo de Manapul ya casi merece la pena darle una oportunidad a esta etapa, originalmente publicada por ECC Cómics en 4 tomos (Flash vol. 01: Avanzar / Flash Saga – Nuevo Universo DC, Flash vol. 02: La revolución de los villanos, Flash vol. 03: La guerra de los Gorilas y Flash vol. 04: Reverso). Según la crítica especializada este trabajo fue una de las bases de la popular serie de televisión The Flash de la CW.
Esta es la etapa que yo estoy disfrutando más y considero más accesible pero no por ello es descartable material de Flash firmado por guionistas como los mencionados Morrison y Waid así como la etapa de Geoff Johns.
Asimismo no quería despedirme sin agradecer a mi amiga y antigua colaboradora de este blog, la artista María Pizarro, su ilustración para este artículo. Así como también quería recomendar la magnífica revista ECC Cómics núm. 16, porque contiene un interesante y elaborado dossier sobre Flash.
No me olvido de mencionar Supergods: Héroes, mitos e historias del cómic, la recomendable obra de Grant Morrison, en la que el guionista de cómics da su particular y exhaustiva visión del género de superhéroes. En concreto su valoración de Flash me resultó tan acertada que me tomé la libertad de incluir algunos de los fragmentos de su obra en este artículo.
Espero que te haya gustado este homenaje a Flash. Te animo a compartirlo y comentarlo. ¡Muchas Gracias!
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