La saga cinematográfica Cazafantasmas cuenta con muchos adeptos incondicionales, entre los que me incluyo. Su humor descacharrante con los ingeniosos comentarios del ya clásico Dr. Peter Venkman (Bill Murray) la han encumbrado como película de culto de los años ochenta. Una década gloriosa en el cine de aventuras con otros éxitos imperecederos como Regreso al Futuro, Gremlins, Los Goonies o mi favorita, Bitelchús. Comos siempre, el mundo de los videojuegos también ha intentado aprovechar este tirón con desigual resultado. Hoy analizamos una de las últimas adaptaciones de esta saga, Los Cazafantasmas: el videojuego (2009) en su versión de Xbox 360.
Los Cazafantasmas: El Videojuego
Se trata un juego multiplataforma de la anterior generación aunque yo lo he jugado en Xbox One gracias a ser un título retrocompatible. Ya en 2009 en su lanzamiento se especulaba con una película que cerrara la trilogía 30 años después. Aun así, se trata de una marca que nunca ha estado agotada a la que el paso de los años parece no afectarle. Tanto es así que el año pasado se lanzó (sin pena ni gloria) otro juego de la franquicia esta vez en nueva generación y multiplataforma.
En el que nos ocupa hoy, fueron Terminal Reality de la mano de Atari, los encargados de su desarrollo. Y, ya os adelanto, lo hicieron bien. Para empezar no sólo cuenta con doblaje al castellano, sino que además, es el original de la película. Las voces son las mismas que las de la cinta, algo que no siempre ocurre en la adaptación al juego. Este detalle es crucial para sumergirse en el mundo de los cazafantasmas tal y como los conocemos. Un lujo.
La Historia
Los Cazafantasmas: el videojuego es fiel a la estética y atmósfera característica de las películas. Sin ir más lejos, Mr. Marshmallow es el primero de los villanos contra el que luchamos. Esto es un guiño a todos los fans, un personaje que no debía faltar. La conexión con la película y la cascada de recuerdos nos transporta directamente a la niñez, el poder de la nostalgia. También está Gozer (aunque como atrezzo del escenario) y por supuesto moquete, que también acaba moqueando al personaje de Murray. Mítica escena.
En resumen, una horda fantasmasgórica aterroriza Nueva York tras una explosión ectoplásmica y los cazafantasmas han de detenerla. Narrativamente se sitúa inmediatamente después de la segunda película. El grupo crece por la demanda y contrata a un novato, nuestro personaje. Este no abre la boca en todo el juego dejando el protagonismo a los auténticos profesionales cazafantasmas: Ray, Winston, Egon y Venkman. Esto, como hándicap, consigue precisamente que no nos sintamos protagonistas, como debería ser.
Realmente, en los primeros compases es una nueva forma de revivir lo que ya conocemos de las películas. Incluso tenemos la recreación de la mítica escena en la que los cazafantasmas destrozan un salón de fiestas de un Hotel de 5 estrellas. Más allá de tirar de nostalgia, se echa en falta alguna idea fresca.
Jugabilidad
Aunque se trata de un juego corto, la curva de aprendizaje podría estar más lograda. Sobre todo al principio cuesta hacerse con el control del rayo protónico y arrastrar los fantasmas hasta la trampa. Alguno de los enemigos en un primer momento es verdaderamente duro, después esta curva decae hasta el punto de acabar con los jefes a la primera. Salvando un par de monstruos difíciles en el primer cuarto del juego el resto es más ligero. En cambio, una cosa en la que sí destaca es precisamente en variedad de enemigos. Son muchos esbirros y de diversa categoría fantasmal, normalmente con un final boss en cada nivel.
También cuenta con variedad de armas de modo que cada enemigo es vulnerable a un tipo de rayo, por ejemplo al protónico o al de mocos. Además, podemos usarlas para interactuar con el escenario para avanzar por él con un toque de plataformeo. Así, podemos bajar manivelas para tender puentes o acercar con lazos mucolíticos isletas flotantes. Este equipo puede ir mejorándose en el inventario con el dinero que conseguimos al investigar poltergeists y objetos. También cuenta con bestiario para consultar las fortalezas y debilidades de cada fantasma.
Esto contrasta con que los movimientos de los cazafantasmas son pobres. Aunque podemos esquivar el movimiento es tosco y casi siempre acaban alcanzándonos los ataques y tampoco podemos saltar. A esto hay que sumar que algunos enemigos son especialmente rápidos con lo que acabamos “muriendo” múltiples veces. Las comillas vienen porque no morimos hasta que mueren todos los cazafantasmas pues hasta entonces pueden acercarse a restablecer nuestra salud.
Apartado Gráfico
Su apartado técnico es de notable alto. No está a la altura de exclusivos como Gears of War Judgment, pero luce muy bien. Es un juego colorido por momentos y oscuro en otros, casi tenebroso. Y esa es una de sus virtudes a la hora de rescatar sensaciones de las películas: conseguir el equilibrio entre lo tenebroso y lo humorístico. Es una delicia combatir en un cementerio contra espectros mientras Ray (mi cazafantasmas favorito) y Venkman discuten en tono jocoso. Mención especial merece la iluminación, de sobresaliente. El uso del escáner psicoquinético ayuda en esos momentos oscuros y consigue acelerarnos el pulso esperando que entre las sombras se detecte algún fantasma. Los juegos de luces consiguen una ambientación de 10.
Ojalá este nivel fuera constante en el juego pero se aprecian altibajos. Zonas muy detalladas que exprimen la consola, como las mazmorras finales. Y otras que recuerdan a la generación anterior por el mediocre acabado, como el nivel de las cocinas del hotel. Por no hablar de las brutales caídas de frame rate que experimenta. Son verdaderos tirones gráficos que deslucen y mucho la experiencia. Y eso que os hablo de su versión retrocompatible en Xbox One.
Conclusiones
En una frase: es un juego imprescindible para amantes de la saga. Probablemente el mejor que se haya hecho sobre los cazafantasmas hasta la fecha, en todos los sentidos. Esto explica sus abultados precios en el mercado de segunda mano, por encima del valor del juego. En digital puede adquirirse por debajo de los 5 euros. Solo por el maravilloso doblaje ya merece la pena. Hay que tener en cuenta que la materia prima daba para mucho más de lo que aporta el juego, que termina en tierra de nadie.
Y es que puestos a rememorar las películas se podría haber contado con Dana (personaje de Sigourney Weaver) o con los perros endemoniados de Gozer. En definitiva, un juego muy recomendable, sobre todo si te gustan las películas. Sin esa estética heredada es un juego bastante simple y que, con permiso del doblaje, no destaca en nada. No por ello deja de ser un juego divertido, ligero para terminarlo en unas tardes y un caramelo para los que añoramos aquellos años 80.
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