“Superman es un producto infatigable de la imaginación humana, un emblema […] sobre lo grandes, amables, sabios y resistentes que somos […]. En Superman y sus compañeros superhéroes, los seres humanos modernos habían traído ideas […] inmunes a la deconstrucción […].
[…] Superman fue el renacimiento de nuestra más vieja idea: Él era un dios […] y al igual que Zeus, podía disfrazarse de mortal y caminar entre la gente común, mantenerse en contacto con nuestros dramas y pasiones. […] Su S estaba estilizada como un rayo, el arma de Zeus, rayo de severa autoridad y justo castigo.
Y, como sugería el inicio de la historia del “origen” de Superman de 1939: “CUANDO UN PLANETA LEJANO SE DESTRUÍA POR EL PASO DEL TIEMPO, UN CIENTÍFICO COLOCÓ A SU HIJO EN UNA NAVE ESPACIAL IDEADA A TODA PRISA, LANZÁNDOLA HACIA LA TIERRA”. Él era como el pequeño bebe Moisés o el dios hindú Karna, puesto a la deriva en una “canasta” en el río del destino. Y luego estaba la deidad occidental a la que más se le parecía: Superman era Cristo, un campeón imposible de matar enviado por su padre celestial (Jor-El) para redimirnos con su ejemplo y enseñarnos como resolver nuestros problemas sin matarnos unos a otros. En su desvergonzado traje de sueño Tecnicolor, él era una estrella pop también, un mesías de la era de las máquinas, un redentor de ciencia ficción.
[…] Él era valiente. Era inteligente. Nunca se rendía y nunca decepcionaba a nadie. Luchaba por el débil y sabía como enfrentarse a todo tipo de abusos. No podía ser herido o asesinado por los malos, por más que lo intentaran. No enfermaba. Era absolutamente leal a sus amigos y a su mundo adoptivo. Era Apolo, el dios del sol, la imbatible entidad suprema, la grandeza personal a la que todos aspiramos.
Grant Morrison
Introducción
Con motivo de los 80 años de Superman voy a contarte el verdadero origen del padre de los superhéroes. Personaje que sirvió de inspiración para la versión cinematográfica de la Liga de la Justicia, donde es interpretado por Henry Cavill. Si bien sería Christopher Reeve el primero y quien mejor encarnaría al último hijo de Krypton en la gran pantalla.
Christopher Reeve a la izquierda, Henry Cavill a la derecha.
Contexto en el que se forjó Superman: La Gran Depresión y la II Guerra Mundial
En 1939, nueve años después de la Gran Depresión motivada por el colapso de Wall Street, aún se vivían graves situaciones de hambruna en Estados Unidos, resultado del hundimiento de los bancos y la perdida de empleos y casas. Creo que esto nos suena.
Además, en el viejo continente, concretamente en Alemania, se había producido la ascensión al poder del dictador Adolf Hitler, lo que llevaría a la II Guerra Mundial.
Con los grandes villanos en escena, a saber, pobreza, corrupción y tiranía, una de las respuestas de los creativos del llamado “Mundo Libre” fue Superman. Para ser más precisos, fueron dos tímidos e imaginativos creativos de Cleveland, Jerry Siegel y Joe Shuster, aficionados a la ciencia ficción, los que dieron forma a un ideal, al primer Superhéroe, en Action Comic #1 (1938).
“El vibrante fondo amarillo con una corona dentada de rojo —los colores de Superman— sugiere cierta detonación explosiva de poder crudo iluminando el cielo. Además del atrevido whoosh Deco del logo de Action Comics, la fecha (Junio 1938), la numeración (#1), y el precio (10 centavos) no hay nada escrito ni mención alguna del nombre de Superman. Palabras adicionales habrían sido superfluas. El mensaje era breve: La Acción era lo que importaba. Lo que hace un héroe cuenta mucho más que lo que dice, y desde el principio, Superman estuvo en constante movimiento”.
Grant Morrison
Las habilidades de Superman en sus orígenes
Superman tenía el poder de saltar hasta 200 metros, era más rápido que un tren, su fuerza era comparable a la del legendario Hércules y su piel impenetrable. Este azote de la corrupción aún no podía volar, ni orbitar el mundo a la velocidad del sonido, ni detener el flujo del tiempo. Eso vendría después. En sus orígenes sus habilidades eran casi creíbles, se explicaban porque la gravedad de su planeta natal, Krypton, era muy superior a la de La Tierra. Por lo que cualquier kriptoniano se sentiría como nosotros en La Luna.
Ubicación de Superman: Metrópolis
Siegel y Shuster ubicaron sus aventuras en una ciudad contemporánea, similar a New York, a la que llamaron Metrópolis. Una ciudad ficticia con las mismas injusticias del mundo real, lo que lo convirtió en el héroe de la gente. El Superman original era una respuesta humanitaria a los temores de la Gran Depresión como avances científicos fuera de control, la corrupción política o una clase empresarial sin escrúpulos.
“[…] Si las distópicas imágenes de pesadilla de la época preveían un mundo mecanizado y deshumanizado, Superman ofrecía otra posibilidad: una imagen de un mañana más humano, que otorgaba el espectáculo del individualismo triunfante ejerciendo su soberanía sobre las implacables fuerzas de la opresión industrial. No es una sorpresa que fuera un gran éxito entre los oprimidos. […]”.
Grant Morrison
La apariencia de Superman
La apariencia de Superman estaba basada en los forzudos de circo de los años 30. Tanto la capa como las botas de showman, el cinturón o el spandex ajustado estaban inspirados en los trajes del circo y ayudaban a enfatizar la espectacularidad de sus aventuras. Esta imagen, junto con su propio logo en el pecho y el tono patriótico de sus colores, contribuyó a que Superman fuera reconocible, intrigante y comercializable.
“[…] su propia inicial fue algo inédito, y un golpe maestro de marketing. Superman vestía su propio logo. Él era su propia camiseta. Su emblema era la bandera de un país de una sola persona, y, al igual que la Cruz Roja, era bienvenido en cualquier parte.
El contraste del rojo y el azul añadía un toque patriótico de Barras y Estrellas al personaje, y en una serie donde la magnitud de las actividades de Superman tendía a privilegiar los planos generales panorámicos, los colores primarios de su forma siempre en movimiento ayudaban a identificar al héroe incluso cuando se veía como un pequeño punto sobre el cielo de Metrópolis.
La larga capa también tenía un uso práctico, dando la ilusión de movimiento y velocidad a imágenes estáticas, las agudas y modernas técnicas de edición del estilo narrativo de Siegel y Shuster hacían el resto.
Volviendo al emblema del pecho, Superman —tan especialmente desvergonzado, tan individualista que usaba su propia inicial como símbolo— reafirmaba la dignidad humana mirando adelante hacia otro tiempo. Shuster y Siegel habían vislumbrado un futuro donde todos usaremos orgullosos nuestros propios emblemas […] y la tecnología sólo será una herramienta que nos ayudará a expresar nuestra creatividad […].
Grant Morrison
Clark Kent, lo opuesto a Superman
Y antes de Peter Parker, alter ego de Spiderman, hizo su entrada Clark Kent. Un disfraz total, al ser su personalidad totalmente opuesta a la de Superman, con el fin de proteger a sus seres queridos y permitirle llevar una vida normal.
“[…] Siegel y Shuster todavía no habían terminado […]. Justo cuando pensábamos que ya teníamos este increíble concepto de Superman resuelto, después de presenciar la prodigiosa fuerza y determinación del Hombre de Acero, se nos invita a conocer a Clark Kent, el hombre detrás de la S, un hombre con un trabajo, un jefe, y un problema con una chica. Clark […] el pusilánime, con sus gafas, sus delicados modales, la identidad del confiado Hombre de Acero.
[…] Clark era el alma, el elemento trascendente en la ecuación de Superman. Clark es lo que lo ha hecho perdurar. Con Clark, Siegel creó la figura de identificación definitiva para los lectores: alguien incomprendido, de quien se aprovechan, y se le niega el respeto a pesar de sus obvios talentos como reportero del Daily Planet […]. […] todos se podían identificar con él. Todos nos sentimos torpes e incomprendidos […] durante nuestras vidas. Así como todos tenemos un Superman interno, una identidad angelical y perfecta que personifica nuestras mejores disposiciones y acciones. […]”.
Grant Morrison
El salto de Superman a otras cabeceras y medios
El concepto del superhéroe que había inaugurado Superman atrapó de inmediato al público de manera que, en 1941, él era la estrella de Action Comics, tenía su propio título y aparecía tanto en World’s Finest Comics haciendo equipo con Batman, como en All Star Comics formando parte de la JSA, Justice Society of America, como miembro honorario. Posteriormente sería miembro fundador de la JLA, Justice League of America, remodelación de la JSA.
Cuando Siegel y Shuster vendieron los derechos de Superman a National Comics (que luego se convertiría en DC) y Superman saltó a otros medios, como la radio o la televisión, se le comenzaron a añadir más elementos a su mitología, tales como el mineral espacial conocido como kriptonita, su punto débil. Su presencia en otras formas de expresión y comunicación ampliaron su fama y le aseguraron su supervivencia más allá de las páginas de los cómics, ayudando a que se introdujera en la conciencia colectiva del mundo entero.
Cierre y Recomendaciones
Como no podía ser de otro modo, cierro esta publicación agradeciendo a mi amiga y antigua colaboradora, la artista María Pizarro, su ilustración para la imagen principal de la misma y recomendando una serie de lecturas que nos acerca a los orígenes, peculiaridades y entorno del hombre de acero. Tal es el caso de los tomos recopilatorios Action Comics (1938-2013): 75 años de Superman y Action Comics: 80 Años de Superman, así como del especial conmemorativo de los 1.000 números de Action Comics, Superman: Especial Action Comics núm. 1.000. Por otro lado, la serie limitada Superman: Legado, de Mark Waid y Leinil Francis Yu, el especial Hombre y Superman, de Marv Wolfman y Claudio Castellini o la etapa de Grant Morrison en Action Comics Vol 2, son buenos exponentes de varios reinicios de la historia de Superman para acercarlo a las nuevas generaciones. Los tres tomos de Morrison, comentados por mí para la web Las cosas que nos hacen felices, los puedes leer en los siguientes enlaces: Reseña de Superman y Los hombres de acero. Grant Morrison redefine al hijo de Krypton; Reseña de Superman: A prueba de balas. Grant Morrison redefine al hijo de Krypton (II) y Reseña de Superman: El fin de los días. Grant Morrison redefine al hijo de Krypton (III).
Sin olvidarnos de experimentos peculiares como el desarrollado por Teddy Kristiansen y Steven T. Seagle para el sello para adultos Black Label de DC, con el título Es un pájaro…. En el cual estos autores, a la par que analizan la simbología en torno a la figura de Superman, reflexionan sobre cuestiones como la memoria, la familia, el duelo por la pérdida o la necesidad de héroes que nos inspiren, en un estilo descrito como semibiográfico.
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