31 de enero de 1996. Fuji TV emitía el último capítulo de la serie/anime más influyente del siglo XX. Dragon Ball llegaba a su fin dejando a millones de niños y adolescentes, en cierto grado, huérfanos. Nada sería igual para todos los que crecimos junto a esta serie pues fue el fiel reflejo de que la vida es una suma de etapas y esta había llegado… ¿a su fin?
Veinte años después, el grueso de esos niños y adolescentes que sumamos una media de edad comprendida entre los 25 y 35 años, hemos tenido que crecer, terminando, mayoritariamente, nuestros respectivos estudios, buscando un empleo, avanzando en nuestras relaciones interpersonales, formando en muchos casos una familia. En definitiva, ¿madurando?…
5 de julio de 2015. Fuji TV emite el primer capítulo de la nueva serie Dragon Ball Super, que empieza justo donde acababa DBZ. Y de repente, transcurridos veinte años, una regresión temporal inunda la vida de cada mujer y cada hombre que disfrutamos y padecimos décadas atrás con las aventuras de unos personajes que nunca se fueron, sólo permanecían aletargados cual dios de la destrucción BILLS, para ahora hacer las veces de fuente de la eterna juventud. Pues la serie que alumbró nuestra infancia ha vuelto para alumbrar nuestra adultez.
Y es que, con la llegada de esta nueva etapa en la serie, Akira Toriyama parece empeñado en trasladarnos a nuestra infancia o no dejar que nos hagamos viejunos, que para el caso es lo mismo. Pero ¿es realmente necesario este regreso? ¿Tiene Toriyama algo más que contarnos o sólo nos vende humo con la intención de llenarse los bolsillos? Y en el supuesto de que tenga algo que contar ¿hasta que punto respeta y está a la altura de su anterior y mítico trabajo?
La vida transcurre y los tiempos cambian de modo que lo que funcionó entonces no tiene porque funcionar ahora, salvo que sea una obra perenne, imperecedera, que se haya transmitido de generación en generación y nunca se haya ido, de modo que permanezca en el colectivo general aunque sea de pasada, como es el caso de El ingenioso higaldo Don Quijote de la Mancha, Romeo y Julieta, Los Mosqueteros, Frankenstein o el moderno prometeo, Drácula, El hombre invisible, Mickey Mouse, Sherlock Holmes, James Bond, El Zorro, Superman, Batman, Capitán América, Spiderman, Astroboy, Godzilla, Star Trek, Star Wars, Mazinger Z, Captain Tsubasa (Oliver y Benji) o el que nos ocupa: Dragon Ball.
Si bien es osado comparar obras clásicas de la literatura del S.XV con obras creadas hace poco más de treinta años, es innegable la enorme influencia de una obra ficticia nacida en las viñetas y trasladada a la pantalla como es Bola de Dragón; probablemente, la creación reciente con más adeptos en todo el globo. Y esto es así pues hablamos de un mundo, el de los últimos veinte años, que tan pronto pone algo de moda y lo explota hasta la saciedad como rápidamente se aburre de ese juguete para reemplazarlo por otro distinto. Sin embargo, Dragon Ball, a pesar de ser una obra que duró poco más de una década (1984 y 1995), ha tenido una presencia constante, a veces más o menos firme pero siempre presente, de modo que el salto de generación en generación ha hecho que la serie crezca y crezca cual bola de nieve, adquiriendo así una fuerza e inercia que ha terminado por provocar su vuelta definitiva y oficial de la mano de su propio creador, lo cual era un reclamo, casi plegaria, unánime en todo el mundo a pesar de que se tornaba como algo impensable hace unos años. Pero ¿tiene Toriyama algo nuevo e interesante que contar? Pues a diferencia de lo que muchos o casi todos creíamos, sí, y lo mejor es que parece que no necesita recurrir a antiguos villanos o personajes de las películas para ello.
Sinopsis (A partir de aquí, SPOILERS)
En una galaxia muy lejana dos seres de inconcebible poder, Bills-Sama (El dios de la destrucción) y su misterioso ayudante Wiss, hacen acto de presencia para temor del viejo KaioShin y de KibitoShin… Ajenos a esto, nuestros héroes en la Tierra gozan de un periodo de paz que dura ya seis meses desde el final de la batalla contra Boo; en la que Goku, Vegeta y, un inesperado nuevo héroe, Mr.Satán, salvaron al universo gracias a una Genkidama (Esfera de Espíritu o Bomba de Energía) que reunía la fuerza vital de toda la Tierra y los diferentes planetas de la galaxia (memorable y nostálgico repaso a un buen elenco de los personajes con los que Goku y cia se encontraron durante todas sus aventuras); siguiendo así con sus vidas -al igual que los espectadores de la serie durante este “breve” inciso de veinte años- y adquiriendo nuevas responsabilidades. De este modo, nos presentan a un Goku que se ha buscado un trabajo como agricultor, obligado por Chichi, ejerciendo así como cabeza de familia mientras Gothen estudia en la escuela y Gohan, que prosigue sus estudios de ciencias, se ha casado con Videl. Si bien no queda claro el papel de Videl en la relación (¿”mera” ama de casa?), vemos como Satán es declarado el salvador de la humanidad (nuevamente, aunque esta vez es cierto) y recibiendo un premio de cien millones de zenies que finalmente comparte con la familia de su yerno, al tiempo que mantiene al bonachón de Majin Boo a su cargo (como prometió al terminar la batalla contra el Boo malvado).
Entre medias, Gothen y Trunks continúan metiéndose en líos con la intención de hacer un regalo de bodas a Videl, evocando la inocencia y adorable ingenuidad existente en las primeras temporadas de Bola de Dragón cuando Goku era pequeño. Y de esta manera, Dragon Ball Super nos presenta un producto nuevo pero respetuoso y deudor, pues continúa donde lo dejó DBZ como si el tiempo nunca hubiera pasado, haciendo las delicias de los fans… en su gran mayoría. Ya que no a todos ha gustado el tono desenfadado y “cómico” de este primer capítulo. Tono que a mi entender es necesario, básicamente, porque están en periodo de paz. Pero vayamos por partes.
Cuando se mencionó la llegada de esta nueva serie, muchos pensaron (yo tenía una corazonada de que no iban por ahí los tiros) que sería una continuación de lo visto en las películas La batalla de los dioses (Battle of God [BoG], 2013) y La resurrección de Freezer (Fukkatsu no F, 2015), sin embargo, estas cintas fueron simplemente una especie de episodio piloto y una película aislada, respectivamente, de las que se cogerían ideas concretas para ser moldeadas, exploradas y pulidas a lo largo de, hasta ahora no confirmados, cien episodios. De esta manera, el universo Dragon Ball se expandía hasta dar a conocer la existencia de Doce Universos paralelos con sus correspondientes dioses de la destrucción, siendo el del Universo 7 (universo de la Tierra) el ya mencionado Bills: personaje de inenarrable poder y gran carisma con tintes cómicos. Eso según lo mostrado en la película BoG, pues en la serie de momento parece tener un semblante más sombrío y malévolo, en cierto modo más acorde a los villanos clásicos de la serie lo cual tampoco me entusiasma, dado que en el film tenía una personalidad diferenciadora y original con respecto a lo visto hasta ahora. Pero bueno, es pronto para hacer valoraciones, aun estamos en el primer capítulo y sólo podemos prever que nuestros héroes tendrán que explorar (o eso espero) los diferentes universos existentes. Tanto es así, que ya se ha confirmado la existencia de nuevas Bolas de Dragón, de hasta nueve estrellas …. HYPE HYPE HYPE…
En cambio, sí valoraré el increible Opening, que aboga por un nuevo inicio visual y musical con un tono nostálgico y familiar, hecho para disfrute de los fans, donde música e imágenes se dan por completo la mano (letra y música fueron compuestas expresamente para esta intro) donde se presenta a los Guerreros Z con sus familias en una situación cotidiana y un marcado tono cómico: Satán, Majin Boo, Gotenks y Jaco, que luego da paso a la llegada de cuatro nuevos personajes y a escenas de luchas en la que hay transformaciones en SSJ y un impresionante adelanto de lo que será el SSJ GOD. En definitiva, una intro que no se olvida de ninguno de los secundarios (salvo de Lunch, que desapareció tras el 23º Torneo de Artes Marciales y nunca más se supo) que dedica dos excelentes guiños al primer opening de DB: Makafushigi Adventure (¡Vamos con afán! ¡Todos a la vez…) y el opening de DBZ: Cha-La Head Cha-La (Luz, fuego, destrucción…).
La canción, llamada “Chouzetsu Dynamic“, fue compuesta por Yukinojo Mori (compositor de varias canciones y melodías de las películas de DB y otros animes) con un estilo, a mi al menos me lo recuerda, parecido a los openings y endings de Dragon Ball GT (lo único bueno de aquella funesta serie era la música) e interpretada por el cantante de rock Kazuya Yoshii (compositor e intérprete de varios openings y endings de anime) aunque hubiera preferido al mítico Hironobu Kageyama pues el alma que le puso a los muchos openings que compuso a lo largo de la historia de DB será difícilmente igualado (suyos eran el genial “Cha-la Head Cha-la” o “We Gotta Power“). Aun así, esta nueva intro está pensada para perdurar como ya lo hicieran los diferentes temas de apertura que ya forman parte de nuestras vidas, logrando, junto con las nostálgicas imágenes, que el vello se erice; haciéndonos esbozar una emotiva sonrisilla.
Sobre el ending, que me gusta aun más si cabe, sólo puedo decir que si el corazón no se te encoge y un escalofrío no recorre tu espalda al verlo/escucharlo, es que, sencillamente, Dragon Ball no te gusta. Ver estos créditos finales en el que un pequeño Goku recorre todos los lugares emblemáticos de la serie hasta crecer, formando una familia y un grupo de amigos inseparables, está dedicado enteramente al fan de la serie más añejos del lugar. Y si queda algún atisbo de duda al respecto, no hay más que leer la letra. De hecho, la canción “Hello, Hello, Hello” compuesta por el grupo Good Morning América por sí sola me parece maravillosa. He aquí un ending como hacía años que no se veía en una serie de anime y que además habla de nosotros, los fans de toda la vida. Un hermoso y genial regalo. (La estoy escuchando en este preciso instante y es que se me saltan las lágrimas de emoción).
Gran acierto por parte de Toei Animation, que se está dejando supervisar por Akira Toriyama, lo cual se nota y mucho. Un punto menos positivo es el referido al soundtrack (la música que suena en el propio capítulo) pues no está compuesta por el legendario Shunsuke Kikuchi, encargado de componer toda la música de DB y DBZ. Esta vez la labor ha recaído en el compositor Nohirito Sumitomo, que ya compuso la música de las películas La batalla de los dioses y La resurrección de Freezer. De momento su mayor mérito ha sido remozar el gran “Cha-la Head Cha-la” en versión instrumental para el resumen inicial que hay en cada capítulo, ya que sus composiciones son demasiado convencionales y no aportan un sonido diferenciador con respecto a otros animes actuales. Me va a costar aceptar este cambio.
Por desgracia, este es sólo uno de los dos problemas que impiden un regreso totalmente redondo de Dragon Ball, pues su otro gran handicap reside en el dibujo y la animación, que dejan mucho que desear. Culpa de ello es el nuevo tipo de animación que se ha instaurado en las productoras de animación japonesa: demasiado efecto por ordenador, falto de textura, personalidad y alma, así como un nivel de dibujo clásico (dibujo a mano) deplorable, con un sobrecargado y plano uso del color, que en ocasiones parece hecho por estudiantes primerizos en animación y no por profesionales (aunque a saber). Espero que se esmeren de cara a los futuros episodios porque si esto es lo que nos espera, veremos combates de poca calidad visual… Pero como he dicho más arriba, no hay que prejuzgar pues estamos sólo ante el primer capítulo.
En otro orden de cosas, a excepción de Trunks y los breves cameos de Gyuma (su castillo vuelve a incendiarse, que tiempos), Piccolo (que parece molesto por el esteriotipado rumbo que toma la de vida de Gohan), Bulma (a modo de flashback) y el Maestro Mutenroshi (cuya aparición no viene a cuento pero es graciosa), los protagonistas de este episodio son Goku, Gothen, Chichi, Gyuma, Gohan, Videl, Satán y Majin Boo. Supongo que poco a poco irán presentando la situación de los demás personajes y podremos ver las diferentes novedades de cada uno. En cualquier caso, es un primer capítulo fiel al espíritu de DB, especialmente cercano al fan aunque sirviendo como punto de partida para todo aquel que se inicie en el mundo de DB, respaldando también los valores familiares (eso sí, según ciertos estereotipos japoneses) y de la amistad (algo que siempre ha defendido Toriyama a capa y espada en cada una de sus sagas), inocente y con agradables, aunque no especialmente inspirados, momentos cómicos… Otro punto a su favor es que los derroteros que tendrá la serie anulan por completo los “futuros” acontecimientos de DBGT (su historia transcurría quince años después de la Saga de Boo), de modo que GT pasará a ser una simple y ridícula curiosidad con muy buena música… YEAH!
APUNTE IMPORTANTE: todos aquellos “fans” de Dragon Ball que critican el tono de este capítulo, alegando su falta de violencia, comparándolo con el explosivo inicio de DBZ. Vamos a pararnos a reflexionar un poquito:
Han pasado veinte años desde que se emitió el final de DBZ. Tras tanto tiempo, no puedes presentar a los personajes combatiendo sin ton ni son. Necesitan cimentar una buena base y para ello debemos saber como han evolucionado sus vidas durante este periodo de paz de seis meses. De hecho es coherente con la intención de conectar con los espectadores, tanto los añejos; debido a que nos vemos reflejados en el hecho de que los personajes acepten responsabilidades acordes a su situación familiar, maduren y sigan progresando en sus vidas; como los nuevos; pues les presentan, uno por uno, cada personaje para que se familiaricen con ellos. Es una base acertada y que aplaudo hasta con las orejas. Ahora bien, si percibo un pequeño lastre: el clásico relleno existente en cualquier capítulo de todo anime, teniendo aquí varios momentos un tanto inconexos con el resto de la trama pero que tampoco afectan al desarrollo de la misma por lo cual abogo por la paciencia. Confío en que Akira Toriyama nos dará intensos combates… a su debido tiempo.
Y para deleite vuestro, unas imágenes del manga (de momento consta de un sólo número de 16 páginas) guionizado por Toriyama y dibujado por Toyotaru (autor del famoso fanfic DB AF), el cual contiene cosas que no se han visto en la versión de anime (y viceversa): Goku entrena imaginando que lucha contra Freezer, Cell y Boo. Todo un regalazo ¿a que sí?
Dragon Ball ha vuelto y lo hace de la mano de su creador, dando lugar a un esperado y emotivo reencuentro, con la esperanza de nuevas y memorables aventuras cargadas de comedia, acción y drama… ¿incluso tragedia…? Conclusión: Nunca hacerse mayor fue tan maravilloso… Toriyama, no nos defraudes.
Más en el siguiente capítulo: ¡Rumbo a las vacaciones prometidas! ¿¡El viaje familiar de Vegeta!?
Fuentes:
- http://www.imdb.com/
- http://es.dragonball.wikia.com/wiki/Dragon_Ball_Wiki
- http://dragonball-super.org/
- http://boladedragonz.com/
- http://www.saiyanisland.com/
Nos leemos
Alberto R.C.
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