Si estás leyendo estas palabras, es altamente probable que conozcas el nombre de Akira Toriyama y el de su mayor creación, el manga Dragon Ball (1984-1995), más conocido por estos lares como Bola de Dragón o Bola de Drac. Y sino lo conoces: ¿de que Sala del Tiempo y del Espíritu te acabas de escapar?
En 1995, Akira Toriyama daba por concluida su obra magna en las hojas de la revista Shonen Jump y por ende también finalizaba el anime homónimo, adaptado por Toei Animation, para tristeza de los millones de seguidores de Goku y sus amigos. Once años de mágicas aventuras cargadas de improvisación que solían rozar lo exquisito aunque muchas veces eran absurdamente incongruentes, pasando por varias etapas: desde la aventura pura y dura de sus inicios, donde primaba una delirante comedia, el humor picante, grandes dosis de artes marciales y situaciones alocadas y personajes estrafalarios, eso sí, perfectamente definidos; a un in crescendo en el nivel de dramatismo y de violencia que comenzó con la llegada de Piccolo (1987). Su aparición trajo consigo un punto de inflexión con el que la serie perdía parte de la inocencia que le caracterizaba, pues ya no se trataba de viajar en pos de hallar las bolas de dragón y pedir un deseo, o enfrentar a un ejército de chiste como la Red Ribbon o competir por ser el mejor luchador del mundo en el Torneo de Artes Marciales, no, ahora luchaban por salvar al mundo de la aniquilación. El drama irrumpió con fuerza para llegar a adquirir tintes de tragedia.
Toriyama dio así un paso arriesgado pero narrativamente inteligente, eficaz y necesario.
Ese drama se acució con la llegada de Dragon Ball Z donde los cimientos que teníamos asentados sobre Goku y cia se derrumbaban en un inesperado guiño a Superman tratado con una convicción y pulso envidiables. Dragon Ball cambiaba la aventura terrenal en pos de surcar el espacio hacia el planeta Namek. Si Toriyama no hubiera creído en su loca idea el fan tampoco lo hubiera hecho, pero nuevamente, apostó por dar, ya no un paso sino un salto de gigante, sin él mismo saber hacia donde le llevaría. Finalmente, su capacidad de improvisación nos regaló dos de las mejores sagas que se han escrito en el mundo del manga: la Saga de los Saiyajins y la Saga de Freezer. Predominando el llevar a los protagonistas hasta la situación más adversa posible en la que toda esperanza se diluye, creando así una montaña rusa de emociones inenarrables. ¿No se os eriza el vello al ver esta imagen de Goku tras el asesinato de Krilin a manos de Freezer?
Muchos dicen, y yo lo ratifico, que Dragon Ball debió acabar ahí. De hecho, el final planteado por Toriyama en la saga de Freezer es el EPIC WIN definitivo y lo concibió con la intención de cerrar por todo lo alto el manga, pero la pela es la pela y la Shonen Jump no estaba dispuesta a renunciar a la gallina de los huevos de oro. Y como todo el mundo tiene un precio, el bueno de Tori sucumbió ante el poder del dinero retomando las aventuras de Goku y cia. Aunque no le era del todo agradable continuar con la obra, el maestro Toriyama se sacó de la manga la Saga de los Androides y la Saga de Cell. Que si bien no alcanzaban el nivel de lo anteriormente visto, eran sagas con numerosos aciertos y un argumento de lo más atractivo e intrincado, deudor del Terminator de James Cameron. ¿Viajes temporales? OH YEAH! Toriyama volvía a conseguirlo aunque… Lo malo de retomar DB fue lo que le hizo a un personaje tan terrorífico y genialmente construido como es Freezer. ¿En serio había que traerle de vuelta junto a su papi? Si Toriyama quería presentarnos a King Cold, expandiendo así el universo DB, podría haberlo hecho como un acto de venganza por la muerte de su hijo, llegando pues a la Tierra con su ejército personal pero no fue así y al final denigró al mejor villano EVER. Ahora bien, este desliz sirvió para hacer una de las mejores presentaciones que se han escrito de un personaje. Trunks llegó a nuestras vidas con una entrada triunfal y apoteósica dando muerte al temible Freezer y a su deleznable padre, mostrando el evidente don que tiene Toriyama para hacer que te enamores de un personaje con tan solo dos viñetas.
Y bueno, si habéis visto TV3, Antena 3, Cartoon Network, Boing o cualquier canal autonómico principal conocéis el resto de la historia, ya que ¿cuantas veces han repuesto la Saga de Cell y la Saga de Boo? Respuesta: más veces que años tengo.
En 1995 Toriyama decidió terminar, esta vez no hubo forma de convencerle, la historia de DB. Poniendo fin a once años que debieron hacerse un tanto largos para el autor pues publicar semanalmente, sumado los proyectos y trabajos paralelos, debe agotar a cualquiera (de hecho la calidad visual de su trabajo en el manga, menguó mucho en el tramo final de DBZ) y ya se sabe que “una retirada a tiempo es una victoria”. Pero Toei Animation; la productora encargada de adaptar el manga a anime, además de realizar hasta dieciocho películas de DB desde 1986 a 1995; no estaba dispuesta a aceptar que DB se acabara, de modo que creó, sin contar con el maestro Toriyama (salvo para ilustrar carteles promocionales), la serie Dragon Ball GT (A.K.A. DB Gran Truño). Imagino que lo recordareis y sino… Bueno, no me hagáis pasar por la tortura de rememorar esa cosa…
En 1997 finalizaba Gran Truño -cuyos vhs tengo todos, ejem ejem… era pequeño e ingenuo- y definitivamente el mundo no sabría nada más de DB, salvo por reediciones del manga, reposiciones del anime, merchandising, videojuegos varios y algún crossover-one-shot con otros mangas más actuales.
Y los fans hablaron. Lo hicieron aprovechando el amplio, diverso y siempre sorprendente mundo de los fan-fiction, siendo uno de los más exitoso, Dragon Ball AF de Young Jiji, quien ha demostrado un nivel en sus ilustraciones capaz de rivalizar con el mismo Toriyama (a nivel personal la historia narrada en AF me parece un despropósito cargado de incoherencias pero al menos visualmente es impresionante). Entre 2008 y 2011, volvimos a tener productos audiovisuales oficiales de Bola de Dragón con los mangas/animes “Dragon Ball Special 2008“; la remasterización de la etapa DBZ, sin censura y sin relleno, en una nueva serie conocida como Dragon Ball Kai; la remasterización del antiguo OVA “DBZ Gaiden” y un OVA dedicado al padre de Goku: “DB: Episodio de Bardock“. De todos estos productos el único verdaderamente interesante es DB KAI pues te permite revisitar la mítica etapa de DBZ sin el, en ocasiones molesto, relleno y sin la alarmante censura. Sobre los otros productos no hay mucho que destacar, ya que DB Special 2008 es un gracioso y eventual capítulo en un día concreto en la vida de los Guerreros Z, con intento de colarnos a un hermano secreto de Vegeta y el Episodio de Bardock una innecesaria historia sobre el padre de Goku, a quien se le presumía muerto y que alcanza el estado de Super Saiyan al enfrentarse a un ancestro de Freezer… La poca trascendencia de estas historias en el canon de Dragon Ball y sus múltiples fallos de continuidad me obligan a obviarlas, pues no es hasta 2013 con la llegada de Dragon Ball: Battle of Gods que realmente Dragon Ball estaba de vuelta pues sin comerlo ni beberlo a Toriyama le dio por flirtear en serio con su obra magna y ampliar los horizontes del universo que había creado casi tres décadas atrás con la incursión de dos nuevos personajes: el dios de la destrucción Bills y su ¿ayudante? Wiss. Si bien la película es un poco irregular, tiene puntos originales, rompe con la narrativa estandar de las películas basadas en series shonen y sirve para sentar las bases de la nueva serie DRAGON BALL SUPER, cuyo primer capítulo del manga y del anime, que ya he leído y visto (fueron publicados el 20 de junio y el 5 de julio respectivamente) y son tan agradables que tienen mi sello de aprobación. Si bien es pronto para hablar de si está a la altura del legendario manga, el hecho de que el propio Toriyama haya escrito la historia y diseñado a los personajes es siempre un aliciente para seguir de cerca esta nueva etapa y albergar un atisbo de esperanza de que Goku y sus amigos están definitivamente de vuelta.
Un punto importante es que Toriyama ha optado por realizar una nueva presentación de Bills y Wiss, ya que no se tendrá en cuenta la película La batalla de los dioses, si acaso, extraerán elementos e ideas de la misma y las trasladarán a la serie para darles mayor profundidad y, esperemos, credibilidad dentro del propio universo DB, expandiéndolo para deleite de los fans.
De este modo, una aventura terrenal pasó a ser una aventura espacial, atrapada en una espiral de viajes en el tiempo que se vio inmersa en una caja mágica llena de brujos y dioses que finalmente estallará en un multiverso formado por doce diferentes universos que Goku y cia deberán explorar. Damas y caballeros, Akira Toriyama ha vuelto y eso se nota.
No creáis que me olvido de DRAGON BALL: LA RESURRECCIÓN DE FREEZER… Es una película para darle de comer a parte, por ello, el próximo día nos centraremos en ella.
Fuentes:
http://es.dragonball.wikia.com/wiki/Dragon_Ball_Wiki
Nos leemos.
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